¿No escuchas la música desde Google Chrome?. Mira como arreglarlo fácilmente
La
música clásica, como en el caso de todas las bellas artes,
no solo consigue trascender en la emoción humana más universal,
sino que es capaz de acercar nuestro espíritu a lo sublime.
A la música clásica además se le han atribuido efectos
terapéuticos que influyen en nuestro cerebro y estado emocional,
capaces, por ejemplo, de reducir el estrés o mejorar la concentración.
Estudios científicos afirman que es capaz de modular nuestro estado
anímico conduciéndonos a la alegría, así mismo
ha resultado beneficiosa en los postoperatorios que siguen a un trasplante
ya que es capaz de reducir la ansiedad, el dolor y las náuseas,
influye incluso positivamente en nuestro sistema nervioso parasimpático.
La música clásica en un buen antídoto contra el estrés
y es capaz de mejorar nuestro rendimiento. Recientes estudios sobre el
conocido “efecto
Mozart” atestiguan que escuchar piezas del célebre compositor
mejoraría el razonamiento espacio-temporal y la memoria a corto
plazo, por lo que también se ha empleado para fomentar el desarrollo
cerebral de los niños y de los estudiantes de idiomas, ya que a
nivel cognitivo facilita y es muy utilizada en el aprendizaje de nuevos
idiomas.
La música clásica parece a su vez ser capaz de bajar la
presión arterial y reducir el estrés y es una herramienta
muy útil para combatir el insomnio. Escuchar música clásica
antes de dormir propicia no solo una consecución más rápida
del sueño, sino que durmamos mejor y más tiempo.
Si todas los beneficios de escuchar música clásica aún
no te han convencido, piensa quizás en la mejor razón para
ello, pasar horas dedicadas al deleite y disfrute de las maravillosas
obras maestras que la constituyen.