Zen garden Musica zen de relajacion

La meditación Zen no es sistema terapéutico en el sentido habitual de este término. No es una gimnasia física ni mental y su función no es la de curar enfermedades específicas, ni físicas ni psicológicas. La principal función de la práctica de la meditación Zen es encontrar el equilibrio que genera un estado de profundo bienestar interior y exterior. Sencillamente, nos sentimos bien, nos sentimos sanos.

Cuando se producen cambios importantes en nuestra conciencia, estos cambios de manifiestan inmediatamente en nuestro cuerpo y en nuestra manera de experimentar las emociones, de pensar y de concebir la realidad.

En nuestro cerebro  el hemisferio izquierdo es la sede de las funciones verbales e intelectuales; asegura la vida del ego intelectual y social. El hemisferio derecho tiene a su cargo los aspectos emocionales y los no verbales. A través de éste, el cuerpo siente las leyes naturales. Es importante que nuestra conciencia no esté manipulada por la preeminencia de un solo lado del cerebro. Durante la Meditación Zen se produce, naturalmente, la integración funcional de ambos hemisferios facilitada por la postura corporal del loto y una respiración adecuada. Aquello que es captado intuitivamente (hemisferio derecho) se vuelve consciente en el hemisferio izquierdo.

Este estado es la vuelta a nuestra condición normal, no es ni un estado particular de la conciencia ni un estado místico extraño. Practicar la Meditación Zen es estar más allá de la ilusión y de la santidad. Este equilibrio en el que todo se da «al mismo tiempo» genera un estado de profundo bienestar interior y exterior. Sencillamente, nos sentimos bien, nos sentimos sanos.

Tratamiento contra el dolor

¿No sabes cómo quitarte ese dolor de cabeza? Si ya has probado con todo tipo de tratamientos, es hora de ayudarte también de una terapia alternativa. Mediante este ejercicio de relajación guiada conseguirás controlar, o al menos atenuar, esa intensa sensación de dolor. Se trata de un remedio natural basado en una técnica de relajación guiada al son de una música relajante. Sigue las indicaciones del guía y experimentarás una sensación analgésica reconfortante.

¿Música contra el dolor?
Ciertos datos científicos parecen confirmarlo, la musicoterapia puede ser efectiva contra el dolor físico. Un reciente estudio de la Universidad de Yale parece confirmar lo que ya se sospechaba: ciertos malestares físicos pueden contrarrestarse con melodías fluidas y ritmos que ayuden a distraernos del dolor.

Aunque la afirmación anterior no pretende sustituir la música por la administración de analgésicos lo cierto es que ésta consigue que experimentemos una disminución del dolor a la vez que potencia y hace más efectivo el efecto de la medicación.

La clave está en la concentración que implica fijar nuestra atención, nuestros sentidos, en la música, interiorizarla completamente, no tomarla como simple acompañamiento musical o música de fondo.

Mediante un ejercicio de musicoterapia seríamos capaces de aliviar dolores de cabeza de corta duración pero también acompañar tratamientos de dolores crónicos como artritis, fibromialgia, haciéndolos más soportables ya que mediante los estímulos suaves provocados por las melodías relajantes rompemos y distendemos el ciclo del dolor.

Junto a los ritmos lentos y suaves también los acelerados surten efecto, el secreto consiste en alternar de forma sucesiva y cada diez minutos melodías serenas y tranquilas o con otras de ritmos más rápidos, de esta forma el ritmo cardiaco y la respiración se ven calmadas, consiguiendo un efecto sedante capaz de reducir la tensión que comporta el dolor.